Codics
Rocío Miranda Pérez, Presidenta de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC), exigió al Estado a dejar la política rural de “cuates” ya que sólo hace crecer la brecha de la desigualdad entre los más ricos y los más pobres en este país.
En ese sentido, lanzó una convocatoria “a crear una alianza entre organizaciones campesinas para que, más allá de mejorar el presupuesto del Programa Especial Concurrente, aspiren a cambiar el modelo económico que nos ve como mercancías, no como seres humanos”.
Lo anterior por que las condiciones de desigualdad generadas por el modelo económico expresadas en estos ámbitos, hace necesario establecer como organización campesina algunas propuestas para reducir esta brecha de desigualdad que existe entre la gran empresa agroexportadora y los pequeños productores.
Por ello, dijo, en el marco de su participación en el II Encuentro Internacional Economía Campesina y Agroecología en América: Soberanía Alimentaria Cambio Climático y Tecnologías Agroecológicas, realizado en la Universidad Autónoma Chapingo, que en el tan anunciado presupuesto de base cero “proponemos que se priorice la atención a los pequeños productores de economía campesina sobre los grandes brokers comercializadores”.
Indicó que es necesario definir un sistema integral de apoyos a los pequeños productores que otorguen capital semilla para las inversiones en activos fijos y para capital de trabajo requerido para la puesta en marcha de empresas con los principios de economía social.
Debemos recordar y sobre todo revalorar que en el campo “producimos alimentos y no mercancías, ya basta de aplicar criterios de evaluación económica mercantil en los proyectos de desarrollo rural”, sostuvo.
Proponemos al gobierno la generación de políticas encaminadas a reconocer la necesidad de implementar programas que impulsen el consumo de productos provenientes de sistemas agroecológicos, para sustituir el consumismo de la agricultura capitalista.
Lo que nos permitirá impulsar un mercado que haga que los productores pequeños, tengan un mercado en donde vender o intercambiar sus productos. Mientras lo seguiremos haciendo con nuestro propio esfuerzo fortaleciendo los mercados locales.
Definamos una estrategia de trabajo que integre muchas acciones unitarias, que debemos emprender para enfrentar al gran capital y los gobiernos que los representan.
Resultan necesarias las acciones que nos permitan enfrentar la desigualdad en libertad. Resulta una obligación luchar contra la firma del TPP y por la revisión del TLC.
Los tratados comerciales sólo benefician a las grandes empresas multinacionales, agroexportadoras, mineras entre otras, que promueven la pérdida de identidad de nuestras naciones y amenazan con la pérdida de nuestros territorios y la gran biodiversidad de sus recursos.
Sin oportunidades de educación láica, democrática, análitica y libertaria como un derecho social de los que menos tienen y en que en nuestro país están representados por indígenas, campesinos y habitantes de las grandes franjas urbanas, periferias plagadas de la pobreza más terrible que es la alimentaria, “estamos destinados a ser un país alineado a los designios del capital internacional que requiere técnicos despojados de humanismo para consumir sus mercancías, baratijas desechables”, opinó
Por ello, Rocío Miranda Pérez, consideró que la fortaleza de la lucha social en el campo está en la unidad de acción entre el movimiento campesino y el movimiento indígena como baluartes de la pretendida soberanía alimentaria, en alianza también con las masas de consumidores de las ciudades.
Porque ahí está la raíz, está el origen del germoplasma que ha aportado al mundo tanta riqueza nutricional. Hablemos del maíz, de amaranto, del cacao, del nopal, frijol, chile, chayote, jitomate, tomate, calabaza y el maguey, entre otros.